Con el paso del tiempo he llegado a la conclusión de que: "Cualquier tiempo pasado NO fue mejor, que el actual, más bien, fue nuestro tiempo de adolescencia o juventud, el que vivimos, y el mejor de todos los posibles para nosotros". En este sentido sesgamos en favor de nuestra época de juventud en detrimento de la sociedad, más reciente, y que ya no nos contempla como jóvenes. Uno de estos sesgos, que solemos omitir, es el que muestro en la ilustración, que acompaña a este texto. ¿Cuántos de los jóvenes de la época comprendida entre los 70s y los 80s fuimos fumadores pasivos a causa de nuestr@s maestr@s adictos al tabaco? Yo fui uno de ellos. Recuerdo que, en la mesa del profes@r había un gran cenicero de cristal, que iba, periódicamente, llenándose de colillas a medida que la jornada docente avanzaba y el humo se acumulaba en nuestros jóvenes pulmones. Evidentemente, No fueron un referente para prevenir la adicción al tabaco, en aquella época, pero es su descargo diré que, quizás, ni siquiera eran conscientes: Ni del daño que estaban provocando a la salud de aquell@s menores, entre los que me encontraba, ni del mal ejemplo, que daban a sus alumn@s, al normalizar el consumo de tabaco en espacios compartidos con menores.
Afortunadamente la prohibición de fumar en espacios públicos tales como: Hospitales, centros docentes, salas de teatro, cines...Se puso en marcha el 8 de Marzo de 1988. Dando fin a situaciones en las que, hoy día, nos llevaríamos las manos a la cabeza. Y es entonces cuando me asaltan preguntas del tipo: ¿Cuántos chavales de la época cayeron en la adicción al tabaco amparados en una supuesta normalización institucional y moral? ¿Cuántos de mis compañer@s acabaron adict@s al tabaco hasta el punto de deteriorar su salud de forma irreversible?¿Cuántas personas fueron informadas de patologías derivadas del consumo de tabaco, mientras el facultativo apuraba un pitillo?
Todo lo expuesto me hace pensar que: "Cualquier tiempo pasado no es mejor, que el actual, sino, más bien un tiempo del que debemos extraer lo bueno, pero también, de corregir y denunciar lo menos bueno y lo malo, simplemente para aprender del pasado y tratar de no repetir los errores cometidos"